Mostrando entradas con la etiqueta Humor. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Humor. Mostrar todas las entradas

viernes, 16 de mayo de 2014

Vamos de compras¡¡ Let´s go shoping¡¡


A ver si os suena esto: Cuatro amigas quedan para ir de compras y se rompen la cabeza pensando cómo vestirse para la ocasión. Porque, admitámoslo, una de las veces que más nos arreglamos, es a la hora de ir de tiendas. Que es un poco paradoja, lo sé, pero es la pura realidad. Y el por qué es muy sencillo.
A) Nos miran las dependientas. Y ya que vamos a entrar en una tienda de moda, hay que ir totalmente chic, demostrando que somos conocedoras de lo último que se lleva y con un gusto impecable. No nos vaya a tocar alguna, ya sabéis, de esas que intimidan. Te observan de arriba a abajo y evalúan que parece que nos vamos a examinar de selectividad por segunda vez. A esas yo siempre las espanto con un "solo estaba mirando" para que se alejen con un segundo escrutinio suspicaz de la cabeza a los pies.

B) Nos miran las demás clientas. Reconozcámoslo,  en los comercios de moda es donde más copiamos estilismos. Mira, yo quiero ese pantalón de pata de elefante que lleva esa, o ese top de aquella. Porque, ¿quién no se ha muerto de ganas por preguntar a alguien de dónde ha comprado ese vestido tan monísimo que lleva?

C) Y, por último, nos miramos nosotras. Que con tantos espejo, vistazo va, vistazo viene que acabamos enfurruñándonos la mitad de las veces. Por el peso deseado nunca alcanzado; por nuestra dejadez a la hora de hacernos esos preciosos peinados que he visto en un blog y no que hoy llevamos el pelo según  ha salido de la ducha; por no habernos puesto nuestro precioso bolso "mira lo bien que le queda a ella y yo le tengo allí muerto de la risa, solo por no cambiar el montón de archiperres con lo que lo lleno."

En fin, que vamos a comprar y a echar un vistazo a los comercios de las últimas novedades, enfundadas en lo ultimísimo también.
Porque nosotras somos así, nos gusta tanto la moda que cualquier ocasión es buena para lucirla, aunque sea para comprar algún conjunto más. Y es que no hay ningún accesorio que complete mejor nuestro oufit que una bolsa de esa tienda in.

Let's see if this sounds familiar to you: Four friends go out for some shopping and they lose their minds just thinking what to wear. Because, really, one of the occasions we want to look better is shopping. I know that's a bit twisted, but it's the truth. And the resons are very simple.

A) The shop assistants look at us. And, as we are going to a fashion shop, we must look totally chic, letting everyone know that we are totally aware of the last trends and that we have a perfect taste. In case, we meet one of those shop assistants that makes you feel worse, the kind that look at you like if she was proving you in some sort of fashion exam. To those ones, I would always say "I'm just having a look" so that they can go away with another judgemental glance.

B) The other costumers look at us. I admit it, the place where I copy more outfits is inside a mall. "Look, I want that skinny jean she's wearing, or that blouse worn by another one." Because, who hasn't died for asking someone from where that lovely dress is.

C) And finally, we look at ourselves. With so many mirrors, checking out ourselves casually, we end up a bit upset with our look. Because of the wished but never reached weight; because  of our laziness to make one of those amazing hairstyles we saw on a blog; because we should be wearing our trendy clutch "see how good it looks on her and I have at home just because I don't feel like changing everything into it".

So we go shopping to the fashionest stores, dressed up with our fasionest clothes too. Because we are that way, we love fashion that much that any time is good to wear it, even if it is to buy some new clothes. Let's face it, there's no accesory that matches better our outfit than a shopping bag from that in shop.
Bss, kisses.
Atte. Carmen

viernes, 30 de agosto de 2013

Últimas rebajas


          Acaban las rebajas, ya viene la moda de otoño, aun así queda algún perchero por revisar.
Hay algo primigenio en la mujer, dicen que somos recolectoras. Lo creo, recolectoras y envidiosas, ¿Os habéis dado cuenta de que cuando encontramos algo que nos gusta, lo miramos pero no lo cogemos? Dentro de un rato volveré a verlo...
         En ese momento, alguien coge tu ahora preciado objeto de deseo y te dan ganas de arrancárserlo de las manos, con un ansia de posesión. ¡Es mío, yo lo vi antes.!
         Y esperas, revoloteas a ver si lo suelta, cual ave rapaz que no pierde de vista a su presa. Si, afortunadamente, por fin no se decide y lo suelta, te abalanzas a por ello. En ese momento, lo que antes no te parecía tan atractivo, ya no puedes pasar sin ello.
En fin, que  arrancamos, recolectamos, pagamos, y sobre todo nos deleitamos con una tarde de compras.

Bss.
Atte Carmen.


viernes, 9 de agosto de 2013

Dificil elección


                Una vez, estando en el parque, nos juntamos varias madres mientras nuestros peques jugaban. Y en esas conversaciones donde se habla de todo y nada: de cómo ha crecido éste;  de cómo aquella no me come; (ésa era yo , fijo); de recetas; en fin, de todo un poco. Pues como os decía, un día la conversación derivó en moda.
               Empezamos diciendo sí nos gustaban más los vestidos o pantalones, las blusas o las camisetas, para acabar dilucidando qué elegiríamos con un hipotético presupuesto.
              Algunas optaron por un buen bolso, de estos icónicos que parece que nunca van a pasar de moda; otras preferían una joya a lo  Marilyn "un diamante es para siempre". Las que eligieron un buen par de zapatos defendían su opción a lo Carrie Bradshaw, pensando que siempre redondearían cualquier estilismo.
             Y así una a una. Cuando me quise dar cuenta, estando sumida en mis ensoñaciones, todas me estaban mirando. Mas que extrañadas, extrañadísimas, al saber lo que me gusta la moda. ¿Bueno Carmen, y tú qué? Pues, qué queréis que os diga, después de pensarlo mucho, a mi me gusta TODO...
              El abucheo fue general, pero chicas. no lo puedo remediar, imposible elegir. Lo quiero todo, todo.


Y vosotras, ¿Qué elegís?
Bss.
Atte Carmen.

viernes, 12 de julio de 2013

Según la ocasión.

Hoy es noche de chicas.

 Mi hija mayor se ha graduado, y las madres nos vamos de cena de graduación también. A parte, claro está. Que para eso nos lo hemos currado igual o más.
Ahora toca decidir el qué me pongo. Y es que, aunque todas tengamos nuestro propio estilo, según la ocasión, varía mucho nuestra forma de vestir.
Yo que de noche apenas salgo, y menos sin mi pareja, no tengo la menor idea de qué ponerme. Así que, optimista yo, recurro a mis medianas.
Al ir sacando prendas de mi armario, todas se llevan el mismo calificativo, de madre, de madre... Y como que me lo digan mis dos hijas tiene guasa, las echo algo mosqueada y ellas, muertas de la risa, me dejan sola ante la difícil decisión.
Cuando no me decido, recurro al truco fácil, toda de negro: pantalón negro, blusa negra y un maxicollar de temporada. Pero es que esta vez no me acaba de convencer...
Pruebo el mismo pantalón con distintos tops y no me remata. Cansada, cojo unos de mis vestiditos, descartados por mis niñas, y con un taconazo y maxicollar, salgo tan contenta, aunque algo a la expectativa de cómo irán las demás.
Cuando por fin las veo, me doy cuenta de que no me he equivocado. Todas hemos sacado frescos y favorecedores vestidos, en fin: todas vamos de madres...


miércoles, 12 de junio de 2013

Un bolso lleno

                       ¡Y van ahora y nos proponen clucht! Con lo contenta que estaba con mi maxi bolso... ¡Pues muy bien! Tiro sobre la cama todo el contenido de mi bolso y comienzo a hacer una ardua selección.

                       Mi monedero no entra. Bueno, caber, cabe, pero entonces no puedo meter nada más. Tengo una pequeña carterita para estas ocasiones, pero entre el dinero y la cantidad de tarjetas que tenemos (Las del descuento del súper, la de las tiendas de las niñas, la de comercios de ropa, las de maquillaje...). No si es que ahora entras a un establecimiento e, indefectiblemente, sales con la tarjeta... En fin, elegiré unas cuantas.

Sigamos; las llaves de casa y el coche, con esos llaveros tan vistosos que les puse no me van a caber. Pues nada, se las cargo a él.

De maquillaje, un brillo en talla mini. Nada de la bolsita de emergencia que veo salir de mi anterior bolso. Pañuelos... Cogeré uno. Caramelos y chicles, (ya os dije que era golosa) ésta vez no puede ser y voy viendo que a mi precioso clutch  le va costando cerrarse.

Cojo por último el móvil, y miro con pena las demás cosas que parecen que me están llamando para que las incluya en mi exiguo bolso. Lástima, otra vez será. Ni el espejito, el boli, la agenda, la muestra de perfume, la bolsa dobladita... Que no, no entra más.
Así que salgo contenta por estrenar mi nuevo clutch, pero añorando el espacio de mi bolso shopping.
Bss.
Atte Carmen.


miércoles, 22 de mayo de 2013

Operación biquini.

                       Hoy empiezo.
            Y es que de semana santa, me traje tres kilitos. Eso sí, muy disfrutados. Me los gané a pulso a base de torrijas. Que si con canela, con azúcar glass... En fin, que me pierdo.
            Ahora que comienzo a quitarme capas, los veo en cada parte de mi cuerpo. Nada, que no cunda el pánico, que hoy mismo empiezo.
            Voy a apuntarme a un gimnasio. Me pruebo las mallas y veo... que mejor no... ¡Tiene narices que para ir al gimnasio a quedarte estupenda, es mejor que ya lo estés! ¿Cómo si no, te presentas en mallas y de esta guisa?
             No importa, paso al plan B, podría salir a correr. Aunque no sé, no sé... Es que me canso...
Joven mirandose al espejo. Berthe Morrisot
                     Probaré mejor alguna dieta: la de la alcachofa. Realmente me gustan más las torrijas que las alcachofas, pero todo sea por la labor. O quizá mejor la del doctor francés, dicen que con esa, una se puede hinchar a comer. No le encuentro yo a eso mucho sentido, porque soy de las que piensan que todo lo que comemos engorda, pero en fin.
 También está la de los sobres, esa mejor la dejo para los astronautas... La de las hierbas, esa para los rumiantes...
    Alguna me servirá seguro... Me vuelvo a mirar en el espejo y ya de segundas no me veo tan mal. Tanto cavilar me ha dado hambre, me comeré un cupcake y la operación biquini mejor la dejo para mañana.

Bss.
Atte. Carmen.


sábado, 20 de abril de 2013

A prueba de tacones / Heelproof

                       Me voy a hacer concejala de urbanismo de mi ciudad.
¿Que para qué? me preguntaréis, pues para cambiar todo el pavimento.
                      Estoy segura que hasta ahora han sido todos hombres. Si no, no es posible que estén tan mal pensadas la mayoría de las aceras.
                      En el paseo principal del parque de mi ciudad, los adoquines están separados justo, justo el tamaño de un tacón, con lo cual hago todo el trayecto de puntillas. Vale, es bueno para mis gemelos, pero tampoco hay que pasarse. Cuando logro cruzarlo, con el consabido movimiento de cabeza de mi marido, pensando: "Como siempre, antes muerte que sencilla", me encuentro que nos esperan unos bonitos adoquines con círculos, que nos hacen ir jugando al ahora sí ahora no, ahora me hundo, ahora no. Así podría enumerar los múltiples dibujos, que tan bien pensados, nos han regalado nuestros anteriores concejales, de tal forma que han logrado separar a la mayor parte de las parejas de mi ciudad.
                   ¿Que cómo es esto? cualquier día pasaros, todos los hombres pasean tranquilamente por las aceras y a un metro de distancia todas las mujeres hacemos lo mismo por el carril bici...

Entre tacones. Sarenza
                         I want to become an urbanism's council.
For what? you may ask me. Well, to change all the pavement of my city.
                         I'm really sure there haven't been any woman working on that, because if it isn't true, I can't understand why are they so tricky.
                         In my city's park the cobbles are separated exactly, exactly in the measure that every heel get trapped, so that I have to walk all the way on tiptoe. All right, it's good for my cufflinks, but sometimes it's too much. When I finally get by; without forgetting my husband's head's shake, thinking "As usually, better dead than ugly"; I find the "great" circled cobbles, that make us play to the I do, I don't; now I do go down, now I don't. Like this I could tell you about all the magnific pavent , that have get separated all couples fo my city.
                        How's that possible? Come when you want, you'll see a lot of men walking on the sidewalk, while, distanced by a metre, every single woman do the same on the bycicle rail...


miércoles, 3 de abril de 2013

Obsesión/ Obsession


                     ¿ No os ha ocurrido en alguna ocasión, que solo os entra por los ojos un determinado color, o un determinado estampado, solo estrellas, solo rayas?

                     Recuerdo cuando estaba embarazada, solo veía mujeres en mi mismo estado. Igual que cuando tuve que comprar el carrito del bebe, las calles se inundaron de carros. O cuando cambié de coche, mi modelo circulaba por todos lados. Menos mal que mi obsesión no tiende a mezclarse y no suelo ver mi coche a rayas por doquier...

                     Tras una mañana llena de tiendas, al llegar a casa con las compras y empezar a sacarlas de las bolsas, me doy cuenta de que nuevamente he caído. De repente puedo sacar tres fulares. O solo he visto collares con colgantes dorados y desenvuelvo otros diez.

                     Pero cuando más lo noto, es cuando me empeño en un determinado color.

                     Vale que los aparadores te los llenan por colores, y si uno se lleva, te lo repiten en todas las tiendas. Pero si me da por el coral, mis ojos y todo mi cuerpo será atraído como un imán a todos los estantes que porten coral de una y otra tienda y,sin percatarme, no veré ninguno más. Con lo cual, cuando cuelgue las prendas, serán inequívocamente blusa coral, falda coral y vestido, cómo no, coral.

                     Pues ahora me pasa con el azulón, lo veo aunque no quiera, y sin darme cuenta, en mi armario va creciendo una gran masa de ese color. Así que para borrarlo de mi cabeza, os voy a mostrar en mi próximo post un mundo azulón. Y una de dos, o a mí se me pasa, u os lo contagio a vosotras.


         

                       Haven't you ever feel like if you can't think of any other color but one; or one print, sriped, squared?

                       I remember when I was pregnant, I could only see pregnant women. The same happened when I bought my baby's carriage, streets were filled by them. Or when I changed my car, everywhere I looked I saw one like mine. At least my obsession doesn't mix itself and I don't see striped cars...

                      After a relaxing morning going shopping, when I get home and I start looking at what I bought, I realise that I fell again. Suddenly I can have three scarves. Or I just saw golden neckclaces and I have ten.

                      But when I notice it more is when I fall in love with a color. I know that shops fill their dressers because of clothes' colors, and that whether one is trending you find it everywhere. But if I just want bittersweet color , my entire body feels attracted to every single dresser that have this color, and, without even realise, I won't see any other. So, when I get home, all the clothes I've bought will be a bittersweet shirt, a bittersweet skirt, and a, guess which color, dress.

                      Well, right now my obsession is about klein blue, I see it everywhere, no matter whether I don't want to; and without realising a great bundle of that colour is growing in my closet. So in way to clear my head, I'm gonna show you in my next post an entire klein blue world. Then, we'll have two options, or I forget it, or you just get infected too.

Bss.
Atte Carmen

viernes, 22 de marzo de 2013

Misión imposible/ Impossible mission



                 

            Me preparo, cojo mi gabardina, mi bolso y me lanzo a la calle.

            Los dos primeros intentos han dado negativo, pero mi búsqueda acaba de empezar y yo no me desanimo fácilmente.

          Un nuevo no y comienzo a dudar de lo acertado de mi estrategia. Un par de lugares más y decido tirar de contactos, en momentos así son uno de mis más preciados tesoros.

        Llamo, comunica, insisto, no hay manera... bien,segunda opción, ella si contesta:

         - ¿Has encontrado algo?¿ Parte? ¿Dónde? ¿En un gran almacén de deportes? Bien, no te muevas, llego. ( tiempo estimado, cinco minutos) Sí, en cinco minutos.

            Ya está, primera fase cumplida, a realizar la segunda. Ahora que somos dos, sopesamos las múltiples opciones, aunque casi todas están ya exploradas.

           Decicidimos salir de la ciudad y recurrir a los polígonos en busca de nuestro tesoro.

           Finalmente, en una antigua ebanistería damos con ello. Nos lo cortan a medida y conseguimos respirar.

           Por fin la cantinela de mi hija pequeña dejará de resonar en mi cabeza: ¡Nos bajan un punto si no lo llevamos! Nos bajan un punto...

          Mi cara satisfecha lo dice todo. Misión cumplida: un listón de madera de 1*1*40 cm, e hilo de nailon. De hoy para mañana.

          Esta vez he logrado culminarla, veremos a ver el reto siguiente...




             I'm preparing myself, take my coat and my bag, and get out to the street.

            The first two trials wasn't actually good, but my search has just started and I don't get discouraged easily.

             Another denial and I can't avoid myself of wondering if my strategy was the right one. A few more places with no good news, so I decide to ask for help to my contacts. In moments like these, they're one of my most precious treasures.

             I phone one of them, nobody answer, I insist, there's no way... All right, second option, she answers.

             " Hey, did you find anything? Yes? Where? In a sports' shop? OK, wait, I'll be right there. ( Estimated time: Five minutes). Fine, five minutes.

               First step done, now we're going with the second one. As we are two, we can think of multiple ways of getting it finished, despite most of them have already been explored.

               We decide to get outta the city, and start looking for our little, appreciated treasure around the industrial area. At the end, in an old cabinetmaking we find it. They cut it at the exact height and wide, and we can finally breath.

               At last my daughter's pray will stop playing in my head: If we dont have it will affect our grades! It will affect our grades...

              My happy face can say everything. Fulfilled mission: A 1x1x40cm piece of wood and nylon thread. From today to tomorrow.

              This time I could do it, let's see what happens next time...


Bss.


Atte Carmen.

jueves, 28 de febrero de 2013

No sin mis tacones

                 
  Me dan altura, me adelgazan, me dan empaque... y un dolor de pies en cuanto están puestos más de una hora.
                       Así que antes de salir pido itinerario casi por escrito.
                      Si vamos en coche a cualquier parte a tomar algo, calculo metros del aparcamiento al establecimiento, duración de la salida y posibilidades de cambiar de local con, por supuesto, el conteo de la nueva distancia.
                      Si toca dar un paseito, calculo posible kilometraje, estado del firme, y condiciones meteorológicas.
                      Visita a un familiar, horas de estancia y asientos disponibles en la casa.
                      En fin , que yo que soy muy organizada, a las pruebas me remito, quiero tenerlo todo atado y bien atado antes de salir; tanto que mis acompañantes, a veces, desisten de hacerlo, al ser  más la preparación que la salida en si, pero a mi "plin".
                      Yo si he de salir, que sea bien informada y eso sí, yo siempre en mis tacones.
 ¿ Y que tienen estos para que después de tantos contras, quiera, desee, y me lo siga poniendo? Pues como mi amiga Amanda Quintero descubrió hay una razón impepinable:


Y ante esto, está todo dicho. Bss.
Atte Carmen

miércoles, 30 de enero de 2013

¿Quiero un Vuitton?

   ¡Claro que no!
                       En el escaparate no se ven del todo mal, el foco incide en sus herrajes plateados y esa lona monogram que no dice nada, parece decirlo todo. Y no son nada especial, están archivistos, y aún así, entro a verlos más de cerca.
 ¡ Qué precio tan alto tienen!. Total, lona y algo de cuero... No sé si me gusta más el pequeño, mediano o grande; el Speedy tan redondeado o el Neverfull con su aire shopping bag.
                      Me lo cuelgo del brazo y me siento más... Más.
      Esas turistas orientales me miran. Claro, es que llevo mi Vuitton cogido de la mano. ¿Mío? Sigo en la tienda sin pasar por caja, pero es mío. El Vuiton se ha unido a mi brazo, es una extremidad más. ¡Cómo he podido pensar siquiera en separarme de él! ¡Tiene que ser mio!
                     Le pido a la dependienta que grabe mis iniciales para que no haya ningún error, el bolso se viene conmigo. Oh no...
       Si yo no quería un Vuitton...


viernes, 11 de enero de 2013

Mis rebajas

                       He intentado madrugar, pero al final se ha quedado en eso, un intento. Cuando por fin salgo, sé que muchas cosas ya habrán volado, pero yo no desespero y me acerco a mi tienda favorita.
                      Al llegar, me doy cuenta de que han hecho cupo de entrada, por lo que la cola está en la calle. Oh, no, miro hacia un lado y el otro, intentando adivinar lo que los demás viandantes piensan de nosotras, "pobrecillas, no tendrán que ponerse", o lo que es peor, "pobrecillas, lo que tienen que sufrir por conseguir un trapito", pues sí, ¿qué pasa? pero es mi ansiado trapito.
                    Van corriendo los minutos y la cola no avanza, ¿es que las de dentro se van a probar todo? ( yo desde luego que si, aunque eso sí, si me dejan algo). Una joven madre hace equilibrios para compensar a su niño, que la utiliza como columpio para no aburrirse; detrás, dos jovencitas pasan el tiempo twiteando; y el que espera, si es por una buena rebaja no desespera, así que al cabo de media hora consigo entrar.
                   Oh paraíso...¿Paraíso? Yo creo que esta noche alguien ha entrado a robar, ¿no tenían otro día mejor que este para quitarme mis rebajas? Espera, quizás no, veo salir una chica del probador y deja una montaña de prendas encima del mostrador, debe ser que todo este barullo es obra de mis antecesoras madrugadoras.
                   En fin, yo a lo mío, debo revisar percha por percha, ¡no se me vaya a escapar esa oportunidad tan buena! Después de una buena busqueda lo encuentro, es el "pantalón", el "Pantalón"en mayúsculas, ese que solo me resalta lo que yo quiero y disimula lo que no puedo ni ver.
                   Voy al probador, hay unas cuantas esperando, pero no me importa, yo llevo el "Pantalón". Cuando por fin paso, reniego de no haberme traído ropa más fácil de quitar ,tenia que haberlo pensado antes.
                  No sé que ocurre al ponérmelo , debe ser que cada vez achican más las tallas. Pero un estironcito por aquí, metemos tripilla, la volvemos a meter y el pantalón abrocha. Mi cara de satisfacción es para verla. Bueno, el pantalón me queda estupendo, un poco apretado, pero estupendo; estoy a punto de una hernia, pero estupendo. Da igual, debe ser por los dos kilitos de más de las navidades, sumándole los otros dos del otoño. En fin, ningún problema, no hay más talla y no voy a dejar este chollo a mitad de precio. Total, en un par semanas he adelgazado.
                 Me dirijo a la caja , ya no me asusta que haya unas diez personas delante de mí. Yo lo he conseguido, me llevo mi prenda rebajada. Estoy súper contenta. me lo pondré en un conjunto para mi blog. Pero esta semana no, tendréis que esperar... (A que me entren). Bss
Atte Carmen

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Maletas

                       Hoy paseando por los blog he encontrado una entrada que me ha llamado la atención especialmente : cómo hacer bien la maleta. Ávidamente he decidido leerlo a tenor de lo que me suele pasar cuando emprendo esta tarea.


             Como ejemplo, pondré mi última escapada. Tanto había dado la tabarra a  mi maridito sobre mantener encendida la chispa del amor, que éste, por fin decidió darnos un viaje de fin de semana. Aquí entró mi dilema, la dichosa maleta.
             Guardo un conjunto de paseo para ir por la ciudad, un vestido cóctel con unos estiletos para la cena, otro conjuntito,  pijama y ropa interior, así como mi bolsa de aseo y "voilà" mi maleta hecha y solo llena dos tercios, una gran sonrisa aflora a mi cara, hasta que me doy cuenta que me faltan los Porsi.
             Y es que, por si hacemos alguna ruta campestre no he echado, vaqueros, botas de montaña, jersey aranés y una parka más de sport, listo. Oh no, y por si llueve tendré que meter gabardina, botas de agua y ese paraguas tan bonito que tengo sin estrenar, ya está todo. Por si refresca echaré un par de fulares que nunca vienen  mal. Y me doy cuenta de que el calzado ya no me cabe, así que cojo la otra maletita pequeña para que vaya todo mejor.  La bolsa de aseo entre cosméticos y maquillaje ha adquirido un volumen considerable, por lo que mejor la llevo fuera.
             En fin, que cuando mi marido me ve acercarme al maletero, llevo una maleta mediana, otra pequeña, mi bolsa de aseo y tres abrigos debajo del brazo.
             Deciros que tras bastantes años de casados, éste, ha pasado por diversas fases ante mi equipaje. La primera era sorpresa y estupefacción al compararla con su único bolso de viaje. Con los años y la confianza pasamos directamente al cabreo," Carmen, voy a tener que montar la baca como en el Cuéntame" y últimamente hemos pasado directamente al cachondeo: me mira, con esa sonrisa suya tan pícara y tan solo me pregunta, ¿algo más?. Bss.
AtteCarmen